jueves, 1 de febrero de 2007

Con todo el chiquilicombo de la inundación, del guiso, de la estación, de la gotera, de los alfajores y del bazar, me olvidé de presentarme.
Ya me parecía, me sonaba raro hablar de mí y mi familia tan panchamente; nunca había hablado tan panchamente.
Al grano; soy Agustín Bichiomi, tengo 17 años, vivo con mi familia entera, compuesta por una, dos, tres, cuatro, cinco personas contandome a mí.
Está mi mamá, Ema. Mi papá, Horacio. Mi hermana mayor, la quisquillosa, Mariela. Mi hermano menor, el torpe, Santiago. Y yo, el que les cuenta, Agustín.
Otros que viven conmigo son mi perra, Tali -un nombre horrendo que eligió Mariela-. Mi gato, Combotas -de común acuerdo- y los doce peces de Santiago -Monchi, Tuca, Pocho, Clarisa, Vivi, Jorge, Minimú, y otros cinco que no recuerdo-.
También están los otros familiares, con los que pasamos más tiempo. No son muchos, pero ya dice mi tío Miguel, que somos pocos y nos conocemos mucho.
Están: Miguel, el hermano de mamá, que usa frases todo el tiempo.
Dora, la esposa de Miguel, que es mas silenciosa que prisión de mudos, según el tío.
El abuelo Coco -Gustavo se llama-, que vive por la estación.
La abuela Margarita, esposa de Coco.
Son los padres de papá.
Dora está embarazada, así que pronto va a nacer un primo. O prima.
La mayor parte de la familia de mamá vive en Villa Longa, por eso no los vemos mucho.
Papá es hijo único.

Creo que con esa pequeña descripción es suficiente, de a poquito los voy a presentar mejor.

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